La fe "en" Cristo nos salva y la fe "de" Cristo nos santifica (nos aparta del pecado)

La fe "en" Cristo nos salva y la fe "de" Cristo nos santifica (nos aparta del pecado)

Miremos solo este texto entre los muchos que explican lo mismo: Gal. 2: ”… 16 sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe "de" Jesucristo, nosotros también hemos creído "en" Jesucristo, para ser justificados por la fe "de" Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado… 20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo "en la fe del Hijo de Dios", el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

Conforme al teólogo Arthur A. Just Jr. comentando sobre estos pasajes nos dice ”La teología de Pablo en Gálatas se basa en una narrativa apocalíptica sobre el fin de la era antigua y el comienzo de una nueva era que Cristo inauguró. El sacrificio de Cristo pasa a ser el punto de inflexión crucial, en el que Cristo rescata al creyente de la esclavitud. Cuando Pablo dice: la fe "de" Jesucristo, Pablo nos muestra el acto de fidelidad de Cristo a la obra encomendada por su Padre, donde se da a sí mismo en la cruz para rescatarnos de este mundo (esta era/ esfera) vil.”

Conforme a este concepto, quienes fuimos rescatados hemos sido trasladados desde una esfera de maldad a un dominio totalmente diferente que Cristo inauguró y habilitó para el creyente o sea “el reino de Dios” aquí en la tierra, distinguiendo a partir de ese momento un “sistema mundo” y un “sistema reino” donde Dios es rey y Cristo es Señor aquí y ahora, con todos los beneficios para quienes moren allí.

Muy pocos han entendido la gran diferencia que proponen estas preposiciones (en, de) que en la teología de Pablo son esenciales para entender porque a pesar de todos los malos momentos que sufrió, se mantuvo inconmovible en su fe (“…en trabajos más abundante; en azotes sin número; en cárceles más; en peligros de muerte muchas veces. 24 De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno. 25 Tres veces he sido azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he padecido naufragio; una noche y un día he estado como náufrago en alta mar; 26 en caminos muchas veces; en peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos; 27 en trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez…”2 Cor.11-27)

Como creyente cuando miras tu situación negativa que te hace sufrir, entiende que Cristo ya te ha trasladado de la esfera vil del sistema mundo a otra bien diferente (sistema reino) con plenitud de amor y paz de Dios sobre tu vida. Imita entonces la actitud de Pablo cuando en la cárcel (Hch.16) se pasaba cantando al Señor, pues él había aprendido a vivir en una esfera diferente a la de su problema. Dr. O. Marino Casseignau.

 

 

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